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Esta es una fibra que cada vez es más frecuente encontrar en las etiquetas de composición de las prendas en todo tipo de marcas y establecimientos. Pero realmente ¿qué significa?

 

Para analizar las ventajas y desventajas que ofrece el algodón orgánico o ecológico (sí, es lo mismo), primero debemos conocer el proceso de producción del algodón tradicional.

Cuando hablo de los cultivos de algodón no me refiero a la imagen popular de grandes campos cultivados por esclavos en plantaciones estadounidenses. En los últimos 100 años han cambiado muchas cosas pero la realidad actual también es desfavorable para las personas implicadas.

 

campo de algodón con mujer

 

 

Actualmente la gran mayoría del algodón cultivado procede de semillas que se modificaron genéticamente para evitar ciertas plagas frecuentes. Esto, que en principio se vio como una gran ventaja, presenta varios problemas:

– Al eliminar o ahuyentar algunas variedades de insectos se rompe el equilibrio ecológico y otros se hacen más fuertes. Esto obliga a utilizar más pesticidas para mantenerlos a raya.

– Los pesticidas utilizados se van depositando en la tierra. Esto, unido al formato de cultivo intensivo que evita la rotación y el descanso del terreno, hace que la tierra se vaya quedando sin nutrientes. Lo que obliga a la fertilización química.

– Entre pesticidas y fertilizantes químicos, la tierra cada vez tiene peor calidad y su capacidad para retener agua baja. Es por resto que se requiere muchísima agua para la producción del algodón, no solo porque es una planta que así lo requiere sino por la mala retención de humedad de los terrenos.

– Cuando el agua vuelve a los acuíferos arrastra todas las sustancias tóxicas empleadas en los cultivos.

– Los pesticidas también impregnan la fibra y las absorbemos a través de la piel cuando vestimos prendas confeccionadas con ese algodón.

– Los trabajadores en contacto con estas sustancias de forma habitual desarrollan graves enfermedades.

-Estas semillas modificadas producen plantas estériles, lo que obliga a los agricultores a recurrir al comercializador (nuestro «amigo» Monsanto principalmente) año tras año sin poder ni control sobre los precios, llegando a situaciones de explotación económica realmente críticas.

 

 

máquina hiladora de algodón

 

Esto sería a grandes rasgos porque si entramos en detalle nos da para un libro.

Para ampliar información os recomiendo el documental «The true cost».

Visto el panorama, no parece difícil mejorarlo, ¿verdad?

Las diferencias principales del algodón ecológico no están en la semilla no  modificada genéticamente. Se trata de toda una filosofía que rodea a su cultivo y que es la que realmente lo hace sostenible:

– Se aprovecha la combinación de cultivos para mantener una biodiversidad saludable y que los diferentes bichitos se controlen entre ellos para evitar recurrir a pesticidas. 

– A su vez, la rotación de cultivos se diseña de forma que la tierra pueda recuperar naturalmente los nutrientes que puede haber perdido. Esto evita el uso de fertilizantes.

– La conservación de la calidad de la tierra garantiza una mejor retención del agua y esta puede provenir de depósitos que se llenan durante los periodos de lluvias.

 

El principal contra que se suele exponer es que el algodón producido por m2 es algo inferior en este tipo de cultivos. Pero si tenemos en cuenta que la tierra de cultivo será fértil mucho más tiempo, que el algodón cultivado será capaz de producir sus propias semillas para replantar y que la inversión en fertilizantes y pesticidas es mínima, este argumento pierde fuerza rápidamente.

 

Actualmente se estima que tan solo el 1% de los cultivos de algodón en todo el mundo son ecológicos.