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Con la llegada del bebé ha crecido bastante el número de lavadoras que ponemos en esta casa cada semana. Y es que antes poníamos bastante menos que la media de los hogares de nuestro entorno porque sabemos cuál es el cuidado que requiere nuestras prendas y cómo el lavado frecuente estropea los tejidos.

Aunque es cierto que tengo que estar detrás de los peques para ayudarles a evaluar si la ropa que se quitan puede tener otra puesta.

El concepto de limpieza varía de una sociedad a otra y en la española nos tenemos por especialmente limpios. Pero la ropa que nos quitamos en muchas ocasiones ni siquiera tiene una mancha, tan solo huele de haberla usado durante todo el día. Para eliminar estos olores no es necesario lavar con jabón cada vez que nos la ponemos. A menudo es suficiente con airear la prenda durante la noche. A la mañana siguiente podremos volver a usarla sin ningún problema o guardarla en el armario ya que pierde el olor durante ese proceso de aireado.

El proceso de lavado combina el efecto de los detergentes y la fricción de las prendas entre sí. Si fuera suficiente con una sola de ambas partes, no se habría inventado la otra. Pero, ¿de verdad afecta a nuestras prendas tanto?

Empecemos por la fricción. Los hilos que forman los tejidos, cuando son naturales, están constituídos a partir de hebras más finas y cortas. Al frotar unas prendas con otras, es tas hebras se van rompiendo y se desprenden pequeñas partes. Esto hace que poco a poco el tejido se debilite y pierda integridad. ¿Qué pasa con tus vaqueros en la zona donde más fricción sufren? Pues a pequeña escala esto sería lo mismo. En el caso de las fibras artificiales lo que se desprenden son microplásticos que quedan en el agua.

Por otra parte, los jabones y detergentes que aplicamos en el lavado no llegan a eliminarse completamente y una parte es absorbida por nuestra piel al contacto con la prenda. También hay que tener en cuenta el jabón y demás componentes que vertemos al agua y el gasto energético que supone el lavado.

Mi consejo es que trates tu ropa como si se tuviera que lavar en tintorería. Revísala, airea y alarga su vida lo máximo posible. El planeta te lo agradecerá.

Si quieres saber más sobre los componentes del detergente y cómo nos afectan, te dejo el enlace a la entrevista que le hice a Mª Luisa Pimentel Tuya de Cuídate sin tóxicos.

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